Perder el miedo en las reuniones de trabajo

¿Eres de esas personas que sufren un gran miedo escénico en el trabajo? ¿Te angustia la idea de hablar delante de tus compañeros, hacer una exposición en público o, incluso, afrontar una reunión dos a dos con un compañero o con tu supervisor? Entonces sigue leyendo, porque en este post vamos a hablar sobre esa emoción que en niveles normales es necesaria pero que, en tu caso, puede haberse vuelto excesiva y, por tanto, poco saludable.

Muchas veces asociamos el miedo escénico a una sensación de pánico cuando tenemos que dirigirnos a una gran audiencia. Es como si tuviéramos que enfrentarnos a todo un patio de butacas repleto de ojos hipercríticos que nos están mirando a la espera de que nos equivoquemos.

Este sería uno de los ejemplos más claros pero, en realidad, no hace falta que tengamos que actuar en una obra de teatro o dar una conferencia multitudinaria para que aparezca esta emoción. Si nos paramos a pensarlo, ¡toda nuestra vida es un escenario! Siempre que estamos frente a otro ser humano estamos pisando, de alguna manera, las tablas de una situación escénica en la que tenemos que mostrarnos frente a un público, da igual si lo compone una persona a la que miramos frente a frente, veinte compañeros sentados en torno a la mesa de la sala de juntas o tres mil individuos perfectamente anónimos.

Estrategias para hablar con seguridad en reuniones

Sentirse congelado y temeroso durante otra reunión es un sentimiento terrible. Anímate, porque no tiene por qué ser así. Está completamente en tu poder tomar el control y deshacerte del hábito de permanecer en silencio para poder salir adelante.

Elevar tu visibilidad en el trabajo es fundamental si deseas que tu carrera evolucione y crezca. Trabaja duro y tienes grandes ideas para contribuir; debes generar un impacto y obtener el reconocimiento que te mereces.

Con un poco de práctica de estos consejos, finalmente te sentirás como el miembro integral del equipo que siempre has sido.

1. Elimina el nerviosismo previo a la reunión

Tus manos tiemblan. Tu estómago está dando volteretas. De repente comienzas a dudar si deletreas correctamente el nombre del cliente en la agenda. Estas son ansiedades comunes antes de las reuniones. Es normal experimentar estrés anticipado cuando sientes que tu inteligencia o contribuciones están siendo evaluadas.

En lugar de impugnar tu nerviosismo como una señal de que es inadecuado o que no estás a la altura de la tarea en cuestión, la psicóloga de Stanford Kelly McGonigal sugiere hacerte amigo de tu respuesta al estrés, reformulándola como una señal de que estás listo para la acción y preparado para dar lo mejor de ti mismo.

También es esencial reducir el nivel de estimulación inicial antes de una reunión. Allison, la clienta de la que les hablé en la historia antes, usaba la respiración de caja para pasar de nerviosa a tranquila.

2. Ponte cómodo, eso te permitirá hablar con confianza

Puede ser tentador llegar justo antes de que una reunión comience a parecer rápida o evitar una conversación incómoda. Pero si te sientes apurado o con poco tiempo, esto solo exacerbará el estrés existente que ya sientes durante las reuniones.

En su lugar, construye un hábito y planea instalarte antes de que las cosas se pongan en marcha. Date la oportunidad de entrar fácilmente en el espacio físico para reuniones. Si se trata de una teleconferencia virtual, siéntete cómodo con los controles del seminario web, tu micrófono y tu cámara web con anticipación.

Cuando lleguen los colegas, concéntrate en conversar con una o dos personas a la vez, lo que puede resultar socialmente satisfactorio y menos abrumador. También tendrás una especie de «entrada» cuando comiences la reunión y la conversación gira hacia los puntos de la agenda. Esto puede ayudar a aliviar la ansiedad y hacer que hablar sin problemas durante la sesión.

3. Comprometerse a hablar temprano

Perder el miedo

¿Alguna vez has venido a una reunión con ideas y has planificado lo que quieres decir, y luego te fuiste dándote cuenta de que no dijiste nada en todo el tiempo? Si bien no estás solo, quedarte callado no te hace ningún favor. Por lo general, se vuelve más difícil entrar en la conversación a medida que avanza la reunión. Cuanto más esperes, más se desarrollará tu ansiedad.

El crecimiento a menudo proviene de la incomodidad, así que esfuérzate por hablar temprano. Establece una estrategia simple para decir algo en los primeros 10 a 15 minutos de la sesión, ya sea para dar la bienvenida a los asistentes, presentar tu argumento principal, hacer una pregunta u ofrecer una opinión sobre una nueva propuesta comercial. Es una forma infalible de garantizar tu contribución.

4. Utiliza tus puntos fuertes para hablar con confianza

No tienes que ser el más ruidoso de la habitación. Incluso los sensitive strivers de voz suave pueden tener un impacto si respaldan el comentario de un compañero de trabajo con un simple: «¡Gran idea! Puedo ver que funciona muy bien».

También puedes concentrarte en hacer preguntas poderosas. Como luchador con empatía, eres muy observador, lo que te da una ventaja cuando se trata de plantear el tipo de preguntas que invitan a la reflexión y que aún no han cruzado la mente de tus colegas.

Otra forma poderosa de aumentar tu impacto y visibilidad incluso después de que termine la reunión es enviar un correo electrónico a tu jefe que resuma los puntos clave planteados, o mejor aún, proporcionar una propuesta para un nuevo proyecto provocado por la conversación. Construirás una reputación como alguien que hace contribuciones útiles y vendrá a la mente de todos más rápidamente cuando llegue el momento de la promoción. Más importante aún, ganarás confianza en ti mismo.

Esto es exactamente lo que hizo Allison durante las primeras semanas después de comenzar su trabajo. Armada con las nuevas herramientas y el coraje que ganó a través del coaching, pronto pudo decir: «Estoy orgullosa de lo segura y competente que perciben mis nuevos colegas. Pero lo más importante, me valoro».