Desventajas del uso de la tecnología en la oficina

Desvantagens do uso da tecnologia no escritório

En un mundo cada vez más globalizado, digitalizado y conectado, la tecnología se ha incorporado y se ha hecho necesaria en todos los aspectos de nuestras vidas. En el ámbito laboral no podía ser menos y el uso de la tecnología en las oficinas es cada vez más imprescindible para el desarrollo de cualquier actividad.

De hecho, es casi imposible hacer algo sin iniciar sesión en internet o que no tengamos dispositivos tecnológicos para completar nuestras tareas. Por lo que es más fácil comunicarnos en la oficina y estar al tanto del trabajo en dondequiera que estemos.

Sin duda alguna, por todas las ventajas que brinda la tecnología en la oficina, la productividad puede ser asombrosa. Sin embargo, también puede haber efectos negativos debido a la tecnología que usamos en la oficina, sobre todo por el mal uso y abuso de ella. Sabiendo entonces que la tecnología es una moneda de dos caras, a continuación, analizaremos las principales desventajas de su uso en la oficina.

Se crea la expectativa de que siempre estaremos disponibles

Aunque es innegable que la tecnología ha mejorado y facilitado increíblemente la forma en como nos comunicamos e interactuamos mientras trabajamos. Una comunicación más rápida y fluida tiene la desventaja de una mayor dificultad para desconectarse del trabajo.

Esto es debido a la expectativa que se genera de que siempre estaremos disponibles. Pues al trabajar de forma remota muchas aplicaciones y programas permiten que el trabajo nos siga a todas partes y que sea casi imposible escapar de él. Y es que a medida que más personas trabajen de esta forma poco a poco la línea que divide el hogar y el trabajo se está borrando.

Si bien esto para algunas personas puede ser una bendición, para otros solo puede representar un aumento de los niveles de estrés. Pero, además, crea una cultura de trabajar hasta más no poder. Para mitigar este problema apagar los dispositivos después de después de una hora determinada puede ayudar mucho.

La tecnología puede tener efectos negativos en la salud

Muchos son los estudios que demuestran como el apego a la tecnología puede causar múltiples efectos negativos a la salud. Desde el túnel carpiano en las muñecas hasta el abultamiento de discos en el cuello y la espalda. La tecnología también puede aumentar los niveles de estrés, dañar la vista, provocar trastornos de sueño, causar depresión, favorecer al aumento de peso y provocar significativos problemas de salud a futuro. Sobre todo, estas consecuencias se presentan por el mal uso o abuso que hacemos de ella.

Por otro lado, entre los efectos negativos para la salud que puede generar el uso de la tecnología también está la adicción a ella. Siendo uno de los casos más graves la nomofobia, que es el miedo irracional a no tener el Smartphone cerca o no tener acceso a él. Este trastorno de ansiedad representa un problema grave que debe ser tratado con un especialista, ya que no solo afecta la salud sino también la eficiencia de un empleado.

La tecnología puede distraer en el trabajo y afectar la productividad

Con tanta tecnología disponible actualmente, es fácil distraernos con ella. Por lo cual, los líderes empresariales deben establecer políticas y límites para evitar que su uso distraiga a los empleados en el lugar de trabajo. A muchos empleados se les permite traer su propio dispositivo para trabajar, pero es posible que se distraigan con mensajes de texto, juegos y redes sociales. Igualmente tener internet en las computadoras puede generar estos mismos hábitos, lo que podría alejar a alguien de una tarea y puede reducir la productividad.

Los mejor es ayudar a los empleados a que desarrollen buenos hábitos de trabajo en tecnología, si buscamos maximizar la satisfacción y productividad en el trabajo.

La tecnología nos puede convertir en blanco de ciberataques

Actualmente los sistemas basados en la nube nos permiten evitar que se pierdan datos e información importante, ya que nos brinden una copia de seguridad. Sin embargo, si no existe un buen cifrado para proteger los datos e información de la organización, un ciberataque podría tener repercusiones perjudiciales.

De hecho, la información que almacenamos electrónicamente está abierta a piratería. Por lo que, algunas herramientas como, por ejemplo, el correo electrónico que usamos para mejorar la comunicación, también pueden abrir una puerta a virus, caballos de Troya y otros problemas de software o hardware.

Esto significa que la seguridad de nuestros sistemas tecnológicos no es opcional. Así que debemos invertir continuamente en actualizar nuestras medidas de seguridad si queremos mantener seguros todos nuestros datos.

Costos incrementados

Debido a los constantes cambios y evolución de la tecnología, nuestras empresas también deben ir a la par. Esto significa que debemos asumir los costos de actualización continua, lo que también puede tener un impacto considerable en la rentabilidad. Ya que no solo está implícito el costo de actualización de la tecnología, sino también el costo de capacitar a las personas que la usarán. Sin embargo, hay que considerar también que estas actualizaciones constantes podrían afectar la moral de los empleados. Ya que se espera que ellos se adapten a los cambios continuos y la presión de que aprendan podría terminar afectando su satisfacción y desempeño laboral.

La tecnología crea dependencia

Ningún dispositivo o sistema tecnológico nos brinda la garantía de que funcionará sin problemas de por vida. Sin embargo, muchos empleados y empresas nos hemos hecho dependientes de la tecnología para completar nuestras labores. Pero esta dependencia puede convertirse en una debilidad, pues la mayoría de las empresas tienen sistemas informáticos como parte de su negocio.

Si, por ejemplo, se presenta una falla de sistemas nos puede llevar a la paralización de actividades hasta que se resuelva el problema. Lo que puede ser costoso sobre todo si tenemos personal que trabaja remotamente desde un sistema interno. Ya que, al no estar en la oficina, no pueden contribuir con ninguna tarea existente.

En conclusión, la tecnología no es buena ni mala, pero debemos ser disciplinados con ella. Pues seguirá dando forma a nuestras vidas y dependerá entonces de que seamos inteligentes en su uso para que no afecte nuestra salud y la calidad del trabajo que hacemos.