Formas de reducir la huella de carbono en la oficina

La huella de carbono Oficina

La huella de carbono es un indicador ambiental que mide los gases de efecto invernadero emitidos al planeta, ya sea directa e indirectamente, por un individuo, organización, evento o producto. Los gases de efecto invernadero principales son el dióxido de carbono, el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono. Y su concentración en la atmósfera por encima de los niveles habituales es la principal causante del cambio climático.

Es por ello, que todos los seres humanos debemos adquirir un compromiso con el medioambiente. Y por lo tanto, nuestro hogar no es el único lugar donde debemos marcar la diferencia. Ya que, en nuestra oficina también podemos realizar pequeños cambios, con el fin de reducir los desechos que generamos e igualmente nuestra huella de carbono.

He aquí algunas medidas que podemos tomar en la oficina para reducir la huella de carbono que dejamos en el ambiente:

1. Calcule la huella de carbono de su oficina

Calcular la huella de carbono permite identificar las principales fuentes de emisión de gases efecto invernadero. Se trata de recopilar los datos referentes a todas las variables de consumo de materiales y energía y traducirlos en emisiones de CO2 equivalentes. Esto permitirá contar con un inventario de emisiones completo y fiable. Para esta tarea, se puede contratar un consultor ecológico o también podemos encontrar en la web una calculadora de huella de carbono. Así comenzaremos a manejar nuestra huella.

2. Actualice su oficina

Esta tarea puede resultar tan fácil o difícil como queramos. Pero podemos empezar colocando bombillas de bajo consumo y evaluar como su uso afecta la energía. Igualmente podemos ajustar tanto los equipos de calefacción como de enfriamiento y asegurarnos de que estén trabajando con la máxima eficiencia. Aunque también es posible buscar ventanas que ayuden a mantener mejor el frio y el calor en la oficina.

Por otro lado, podemos renovar e invertir en equipos de oficina como, por ejemplo, computadoras, monitores, copiadoras, impresoras, escáneres y faxes. Por otros con certificación “Energy Star”. Energy Star es un programa respaldado por el gobierno de Estados Unidos que ayuda a las empresas y personas a elegir los productos que protegen el medio ambiente, mediante una eficiencia energética superior.

3. Asegúrese de reciclar todo

Una vez que los equipos y dispositivos electrónicos hayan llegado al final de su vida útil, asegúrese de que sean reciclados. Para ello, puede apoyarse en empresas de reciclaje electrónico o programas de devolución de fabricantes.

Pero, además, podemos reciclar otros elementos como, por ejemplo, componentes de plástico, papel e inclusive donar muebles de oficina usados, etc. Otra recomendación sencilla consiste en usar cartuchos de tinta y toners recargables para no tener que desecharlos una vez que se consuma la tinta.

4. Apague y desconecte todo

Aunque no los estemos usando, si se dejan conectados los equipos y dispositivos electrónicos siguen consumiendo energía y contribuyendo al cambio climático. Por ello, debemos asegurarnos de desconectarlos aquellos que no tengan uso y apagar los que no se vayan a usar durante más de una hora. Asimismo, debemos evitar algunos hábitos como mantener los salvapantallas activos o dejar activado permanentemente el Wi-Fi o el Bluetooth. Ya que, contribuyen a disminuir la vida útil de la batería de nuestros equipos y consumen energía innecesariamente.

Las computadoras portátiles tienen un 80% más de eficiencia energética, por lo que podemos configurar las opciones de administración de energía para ahorrar energía después de un breve período de inactividad o durante una reunión. Antes de salir, recuerde desconectar sus dispositivos y asegúrese de apagar todas las luces al final del día. Manteniendo apagadas las luces de espacios que no se estén usando. 

También podemos aprovechar al máximo regletas de enchufes, conectando varias computadoras para simplemente desconectarlas todas en un solo movimiento al final del día. Del mismo modo, otra forma de fomentar la eficiencia energética, radica en aprovechar al máximo la luz natural durante el día. Por ejemplo, ubicando escritorios cerca de ventanas.

5. Disminuya el uso de papel

Para reducir nuestra huella de carbono y el desperdicio en la oficina. Una de las acciones más sencillas que podemos llevar a cabo es controlar el uso del papel. Imprimiendo solo si es absolutamente necesario y de hacerlo utilice la función de impresión a dos caras de la impresora.

La huella de carbono en la oficina

En caso de haber impreso en un solo lado, utilice el reverso del papel para imprimir documentos que no se enviara fuera de la oficina. Esto reducirá la cantidad de papel que utiliza anualmente, junto con la cantidad de CO2 que se destina a la producción de ese papel

Otra forma de reducir el uso de papel es manteniendo las comunicaciones y los registros digitales, cada vez que sea posible.

6. Mantenga contenedores de reciclaje alrededor

En este sentido es importante tener en la oficina cubos para reciclar lo que consumimos diariamente y mantenerlos en lugares accesibles. Como por ejemplo, cerca de enfriadores de agua, áreas de almuerzo, en puntos clave en pasillos y alrededor de grandes grupos de mesas o cubículos. Además, si no existe, es bueno promover un sistema de recogida de estos residuos que sea eficaz y no solo para mantener las apariencias.

7. Ajuste el termostato

Ajustar el termostato tan solo unos grados puede significar un ahorro anual de 5 a 10% en calefacción o aire acondicionado. Pero, además, con esta simple acción reducimos nuestra huella de carbono y la contaminación atmosférica.

Lo recomendable es utilizar los sistemas de climatización solo cuando sea necesario. Siempre ajustando el termostato entre 21ºC a 23ºC en invierno y 24ºC a 25ºC en verano.

8. Use medios de transporte alternativo

Los medios que usamos para llegar a la oficina también tienen un gran impacto en la producción de carbono. Es así como caminar o andar en bicicleta son las mejores para reducir por completo las emisiones de carbono. Pero en caso de distancias mayores el transporte público o el viaje compartido, también reducen considerablemente las emisiones de CO2 del vehículo. Con el agregado de que incluso podemos hacer algunos amigos.

9. Intente trabajar a distancia

Hoy en día, para muchos trabajos no es necesario viajar en avión a todas las reuniones o conducir diariamente de ida y vuelta a la oficina. Ya que, con solo una computadora y el acceso remoto a escritorios o solamente el correo electrónico y el teléfono, se puede realizar el trabajo.

Además, muchas herramientas de videoconferencias y chat de oficina como Skype, Slack y FaceTime, también permiten que sea accesible y fácil el trabajo a distancia.  Por lo que, es posible crear planes de trabajo para reducir los viajes a la oficina y con ello las huellas de carbono. Pero, de ser necesario, podemos realizar reuniones en la oficina un par de veces a la semana. Igualmente, debemos realizar únicamente aquellos viajes de negocios que sean realmente necesarios.

10. Organice las entregas y recados

Asegurese de coordinar las entregas y recados fuera de la oficina. Esperando recopilar más elementos que no requieren prisa, con lo cual se puede realizar el menor número de viajes posibles. También puede coordinar que sus poroveedores hagan lo mismo. Además, asegúrese de que los artículos no estén empaquetados en exceso y de ser posible use empaques reutilizables.

11. Coma conscientemente

Procure traer su almuerzo a la oficina o camine hasta un lugar cercano a ella para almorzar. Pero trate de no conducir para conseguir su comida. Igualmente puede unirse a la iniciativa de dejar de comer carne, al menos un día a la semana para contribuir al cuidado y conservación de nuestro planeta. Sustituyéndola en su dieta por platillos elaborados a base de vegetales. Ya que la actividad ganadera es una de las principales responsables de la producción de gases de efecto invernadero.

12. Reduzca la cantidad de bebidas embotelladas que se consumen 

La producción y el transporte de botellas de agua y bebidas embotelladas de plástico generan grandes cantidades de gases de efecto invernadero, sin dejar de lado la contaminación marina por plástico. Por lo que, optar por invertir en un filtro para la oficina o implementar el uso de envases o bidones retornables resulta más saludable para el planeta y las personas.