6 Formas efectivas de relajarse en la oficina

Formas efectivas de relajarse

Actualmente en la vida laboral y empresarial es común que estén presentes el estrés y la ansiedad. Dos padecimientos asociados a exigencias cada vez mayores en nuestro entorno laboral y que nos obligan a vivir constantemente estresados. Lo que en la mayoría de los casos se manifiesta a través del agotamiento físico y mental, principalmente por largas jornadas de trabajo. E inevitablemente termina afectando con ello nuestra salud y nuestra productividad.

Ante estas situaciones es necesario tomarse un respiro y afortunadamente, existen formas efectivas de relajarse en la oficina, que nos pueden ayudar a liberar el estrés y la ansiedad. Acompáñenos a descubrir cuales son y cómo puede ponerlas en práctica.

1. Respirar profundo

En la respiración está la clave para obtener calma y bienestar si se practica de forma regular. De hecho, los beneficios de la respiración profunda están bien documentados y uno de ellos es la relajación. Y es que al hacerlo aportamos a nuestro cuerpo oxígeno de forma más pausada, constante y regular, lo que hace que nuestros músculos también dejen de estar tensos.

Mientras que, por su parte, el sistema simpático deja de enviar sus picos elevados de cortisol y adrenalina a nuestro cuerpo. Permitiéndonos entrar en un estado de calma.

En caso de estrés, un ejercicio muy recomendado y que podemos poner en práctica en cualquier situación o lugar es el siguiente. Cierre los ojos y suelte el cuerpo, para luego respirar lo más profundo posible hasta que nuestros pulmones se llenen de aire.

Lo mantendremos allí por unos segundos y seguidamente exhalaremos muy despacio siempre por la nariz. Repítalo unas 5 veces, siempre apoyando bien la espalda y tratando de olvidarse de todo a tu alrededor, para una mayor relajación.

Otro ejercicio que podemos practicar en la oficina es la respiración diafragmática. Para ello debemos inhalar por la nariz si puede, por 3 a 5 segundos o tanto como se sienta cómodo. Permita que el estómago se infle conforme el aire entra a sus pulmones. Y exhale lentamente por la boca hasta que su estómago baje, conforme el aire sale de sus pulmones. Puede repetir este método varias veces al día, las que considere necesarias.

2. Tomar descansos cortos

Aunque pudiéramos pensar que los descansos son una pérdida de tiempo y a menudo desestimamos la opción de tomarlos. Cuando el estrés aparece esta no es una opción inteligente y el descanso se convierte en una obligación si se quiere ser más productivo. Pues es una forma de darle al cuerpo y la mente el reposo suficiente para reactivar nuestra energía y nuestro cerebro.

Intente en la medida de lo posible tomar 5 minutos después de cada hora de trabajo para no pensar en nada. Este tiempo es más que suficiente para relajarnos un poco.

3. Adoptar posturas correctas

Uno de los malos hábitos que tenemos y que sin darnos cuenta afectan nuestro estado de ánimo y salud son las malas posturas al sentarnos. Si bien hay quienes no le dan importancia, mantener una mala postura por periodos prolongados puede tener un impacto negativo en nuestra salud y productividad. Con consecuencias que van desde dolores de espalda, cuello y cabeza, hasta desgastes de la columna y problemas en los músculos y huesos.

Por ello, adoptar una postura correcta, es otra forma para sentirnos más relajados y cómodos en la oficina. Para lo cual, es imprescindible contar con un mobiliario lo más ergonómico posible. Por ejemplo, una silla ejecutiva que tenga altura ajustable, que permita que nuestros pies queden con las plantas planas sobre el piso y las rodillas a la misma altura de la cadera. Pero si además tiene reposabrazos y apoyacabezas, aún mejor.

Podemos aprovechar el respaldo de la silla para poner la espalda recta y apoyar también las cervicales. De esta forma podremos descansar la espalda y evitaremos contracturas, dolores de cabeza o mareos, así como lesiones en el cuello y la columna vertebral. Además, podremos relajarnos, por lo menos un poco, entre tanto trabajo.

4. Escuchar música

La música tiene en nuestra mente un efecto tranquilizante. Lo aconsejable es escuchar música instrumental o clásica, ya que se ha demostrado a través de estudios que tienen ese efecto calmante que buscamos. Además, ayudan a disminuir las pulsaciones, la presión arterial y hasta los niveles de las hormonas relacionadas con el estrés.

Igualmente, podemos intentar oír una playlist con canciones que nos gusten mucho (siempre y cuando no tengan ritmos lentos ni tristes. En ambos casos es aconsejable hacer uso de los auriculares para no molestar a los compañeros de oficina.

5. Visualizar

Quienes trabajamos en oficinas pasamos generalmente muchas horas delante de una pantalla y en muchos casos en ambientes de trabajo monocromáticos que pueden resultar aburridos. Sin embargo, en momentos de ansiedad y estrés necesitamos inducir estados de ánimo saludables que permitan relajarnos y tener sensaciones agradables.

Una técnica muy eficaz para lograrlo es la visualización, que además es fácil de realizar. Para ello, usted puede cerrar los ojos, respirar profundamente e imaginar que está en algún sitio donde les gustaría estar. Tal vez una isla paradisiaca o una ciudad que haya visitado o a la que quisiera ir. Puede ayudarse con una imagen de pantalla o con una fotografía pegada a la pared.

Imagínese que está haciendo algo que le relaja, por ejemplo, que disfruta de una buena comida, charlando con amigos, o paseando. E incorpore tantos detalles sensoriales como sea posible. Si está pensando en la playa puede ser: La puesta de sol sobre el agua, el sonido de las olas o el olor del mar, entre otros.

Para cuando se haya instalado en esa escena que ha imaginado y te haya relajado en ella, su ansiedad habrá desaparecido. De ahora en adelante y cada vez que sienta la necesidad de relajación profunda, cierra los ojos y trasládese a ese lugar especial.

6. Caminar

Con extenuantes horarios laborales e incluso en condiciones normales estar sentado durante mucho tiempo no es la mejor practica para mantenerse saludables. Pero, lo que muchos parecemos ignorar es que también podemos aprovechar las horas de trabajo para relajarnos y estar saludables, caminando un poco.

Por supuesto que no se trata de caminar por todos lados mientras contestamos el teléfono o respondemos mensajes. Lo ideal es que aprovechemos el tiempo que tenemos para descansar y lo usemos para caminar un poco.

Puede ser paseando por los pasillos, yendo a tomar un té o caminando por una zona bonita y cercana. Incluso podemos hacer paradas para hablar con un compañero o compañera de temas que no tengan que ver con el trabajo, tomar agua o lavarnos la cara. Este tiempo nos ayudará a desconectar del trabajo y de situaciones estresantes, e influirá también en un aumento de la productividad.